

Que Team Bondi siempre ha puesto un especial interés en el cine negro no es noticia. Su última producción no podía ser una excepción. L.A. NOIRE nos muestra la cruda realidad del final de la década de los 40, en un experimento de aventura gráfica moderna, que derrocha personalidad por cada costado, pero también falta de pulido y profundidad en ocasiones.
1947. La post-guerra azota a la ciudad de Los Ángeles. La Segunda Guerra Mundial se llevó consigo a millones de muertos. Ninguno de los soldados que partieron al frente, regresaron a casa. La delincuencia y el crimen organizado crecen al mismo ritmo que la joven y podrida industria del cine. La droga y el asesinato acumulado en las alcantarillas empiezan a salpicar las cada vez más peligrosas calles.
Ante tal situación, los ciudadanos recurren al cuerpo de policía, que no responde como debería. La trama de L.A. NOIRE se centra principalmente en criticar duramente a la corrupción policial de la época. Un guión lento, pausado, que se va hilando poco a poco, pero que logra hablar con certeza y eficacia de la búsqueda de notoriedad del cuerpo, inculpando al que más revuelo causará, y de las alianzas entre los altos cargos y las mafias locales, para enriquecerse a costa de los ciudadanos.
La otra cara de la moneda la encontramos en el protagonista, Cole Phelps, que ya no solo sorprende por sus expresivos gestos faciales, sino que alberga una personalidad bien trabajada y un carisma único. Phelps es un claro reflejo de los soldados que participaron en la Segunda Guerra Mundial, traumatizados por las atrocidades que cometieron durante el conflicto. Pero él quiere cambiar, quiere un futuro mejor, por ello decide ingresar en el cuerpo de policía, guiándose por un estricto código moral. Busca la redención, y con ella, la gloria.


Aparentemente, L.A. NOIRE concede cierta responsabilidad al jugador. Podemos perder información si no estamos atentos, culpando al sospechoso incorrecto. Es lógico pensar que nuestros actos tendrán consecuencia en el desarrollo de la obra, pero todo acaba siendo una ilusión. Fallemos o no en un caso, la reputación de Phelps, y por lo tanto, su ascenso en la carrera policial, seguirá siendo la misma. El jugador acaba perdiendo las ganas de mejorar. Haciendo un símil con la educación: ¿Por qué un estudiante va a estudiar más si acaba sacando las mismas notas?
Para ello, deberemos resolver cada uno de los casos que le han sido asignados. Nos dan un vehículo y un destino. Nos lanzan a una recreada y abierta ciudad de Los Ángeles, y por un momento, conseguimos evadirnos de los problemas de la época gracias a su preciosa arquitectura y su magnífica banda sonora, a ritmo de jazz. Llegamos a la escena del crimen, participamos en unos intensos tiroteos, y partimos raudos a recolectar pistas. Finalmente, toca interrogar a los sospechosos y dar un veredicto.
¿Qué es L.A. NOIRE? La obra de Team Bondi es el inicio de la revitalización de un género que lleva aparcado durante años. Toma lo mejor de las aventuras gráficas clásicas y de las últimas producciones, ofreciendo un cóctel realmente novedoso, que logra ser efectivo a todos los niveles, a pesar de presentar cierta falta de pulido en sus controles. L.A. NOIRE es, ante todo, una aventura gráfica moderna.
El estudio australiano marca a la perfección el ritmo de la obra. Sabe como y en que momento concreto debe ejecutar cada una de sus mecánicas, para mantener la frescura y aportar variedad. Sabe cuando tiene que hablar, y cuando debe callarse, anteponiendo la trama a la jugabilidad.
Team Bondi utiliza inteligentemente los recursos de los que dispone. Sin embargo, la obra se extiende en demasía y ciertas partes pueden llegar a resultar repetitivas o innecesarias.
La excesiva linealidad ya no solo perjudica al desarrollo del guión, sino que desmorona por completo la concepción sandbox de la obra. A pesar de encontrarnos en una ciudad realmente amplia, está vacía. El único entretenimiento que encontraremos mientras nos movemos por Los Ángeles son unas escasas misiones secundarias, realmente genéricas y repetitivas, que solo consiguen sacar a la luz aún más la tosquedad de algunas de sus mecánicas. Todo se reduce a ir del punto A al punto B.
L.A. NOIRE es una experiencia distinta a lo que estamos acostumbrados, con matices realmente interesantes e innovadores, consiguiendo revitalizar un género que llevaba estancado en un modelo que ya ha superado la veintena.
La obra de Team Bondi se ha convertido, por méritos propios, en el máximo exponente del cine negro en el mundo de los videojuegos. Quizás muchos esperaban un GTA ambientado en los años 40, pero L.A. NOIRE se aleja de la saga de Rockstar, consigue forjarse una identidad propia, huyendo de los estándares del videojuego actual.
L.A. NOIRE es un título que ha ido desvaneciendose entre las sombras poco a poco, pero que, a pesar de sus claras carencias, que lo alejan de la excelencia, se trata de una obra especial, que no ha recibido la atención que merecía.
